El interés por cuidar de nuestro bienestar ha propiciado una mayor preocupación por conocer el origen de los alimentos que consumimos. Ahora, más que nunca, buscamos una alimentación lo más saludable y natural posible, que respete los ciclos orgánicos y evite los añadidos artificiales. Pero, ¿cuáles son las ventajas de los productos bio y ecológico?
Inexistencia de químicos.
No se han empleado en ningún momento de su proceso de cultivo y desarrollo alguna sustancia química de síntesis como pesticidas o herbicidas, es decir, son cultivados sin el uso de agroquímicos, respetando los ritmos naturales y sin aditivos.
Control y calidad óptimos.
Todos los agentes que intervienen en la cadena agroalimentaria están sujetos al control e inspección de las materias primas utilizadas, el proceso de elaboración, el envasado, el etiquetado, etc. mediante las empresas de control y certificación acreditadas.
Mantiene su sabor original.
Los productos ecológicos son elaborados de forma más artesanal y cuidadosa, recuperando sabores y gustos originales.La ausencia de aditivos, colorantes, fertilizantes artificiales, etc hacen que la planta crezca de una manera totalmente natural, conservando su verdadero color, forma, aroma y por supuesto, sabor genuino.
Más saludables.
Al cultivar los alimentos en suelos equilibrados por fertilizantes naturales, los productos son más nutritivos ya que contienen unos niveles más altos de vitaminas, minerales y en proteínas.
Respeto a la biodiversidad y evitan la contaminación.
En la agricultura ecológica se utilizan de forma óptima los recursos naturales, respetando el equilibrio de la naturaleza, contribuyendo a la preservación del ecosistema y al desarrollo rural sostenible. Todo ello ofrece una garantía de cuidado del entorno y de las distintas especies.
No se han modificado geneticamente.
Se pone principal atención en la selección de las materias primas, ya sean vegetales o animales, respetando su origen natural, sin que se hayan alterado genéticamente para mejorar sus características de color, sabor, crecimiento…
Contribuyen al desarrollo del entorno.
Al no contener ningún tipo de conservante artificial, su ciclo de vida es más corto, lo que hace que se apueste por los proveedores de cercanía para garantizar la máxima frescura de los alimentos. Esto significa que el consumo de productos bio y ecológicos propicia el empleo en el propio entorno y el desarrollo local.
Fomentan el desarrollo sostenible.
Esta cadena de cuidado contribuye a crear un modelo de consumo más sostenible, basado en una conciencia de aprovechamiento respetuoso de los recursos naturales, ademas los alimentos ecológicos contribuyen a la defensa del ecosistema respetando los ciclos naturales de cultivo.
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